Dios siempre nos dice a lo largo de su palabra, el amor tan grande e infinito que tiene hacia nosotros. Incluso entrego a su hijo único para salvarnos de nuestros pecados, si eso no es amor ¿Qué podría serlo? Por ello se espera que el ser humano tenga un compromiso con Dios, de seguirlo y serle fiel.
Sin embargo, muchas veces olvidamos nuestro compromiso con él y nos vamos perdiendo del camino que tanto Dios quiere para nosotros. Solemos buscarlo solo en los momentos difíciles, olvidando que su amor está disponible a cada hora del día pero ¿Qué dice la biblia sobre esto?
Mejores Versículos de la Biblia sobre Compromiso con Dios:
Mateo 22:37-38
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento” (Mateo 22:37-38).
Como se lee en el texto, el primer mandamiento y lo más importante que Dios nos pide, es amarlo sobre todas las cosas. A pesar del miedo y las dudas nos pide confiar en su promesa, en que él nos cuida y está obrando para nuestro bien.
Lucas 9:23-24
Tienes dudas? pregunta aquí:
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“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará” (Lucas 9:23-24).
Aquí, Dios nos cuenta que ser cristiano no es cosa fácil tampoco, es tomar su ejemplo de servicio, de amor, de desprenderse del afán por las cosas materiales. Esto es lo más difícil de cumplir por el ser humano, ya que la mayoría siempre pondrá en primer lugar su bienestar en el plano físico.
Romanos 12:1-2
“Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.” (Romanos 12:1-2)
Este versículo habla sobre la importancia de la elevación mental. Indica que debes conectar tu mente con la voluntad de Dios para poder distinguir entre el bien y el mal que pueda presentarse a lo largo de tu camino. Tus pensamientos a través de la oración serán tu mejor guía.
1 Samuel 7:3
“Entonces Samuel habló a toda la casa de Israel, diciendo: Si os volvéis al SEÑOR con todo vuestro corazón, quitad de entre vosotros los dioses extranjeros y las Aztores, y dirigid vuestro corazón al SEÑOR, y servidle sólo a Él; y Él os librará de la mano de los filisteos.” (1 Samuel 7:3)
¿Adoras a otros Dioses? Esta no es una conducta que le agrade a Dios, nos pide sacar de nuestras vidas a dichos Dioses o, a las imágenes que tal vez solemos idolatrar y amarlo solo a Él. Esto debido a que Dios es lo más grande y real, el único que podrá librarnos del mal.
1 Samuel 12:24
“Solamente temed al SEÑOR y servidle en verdad con todo vuestro corazón; pues habéis visto cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.” (1 Samuel 12:24)
Hemos visto cuán grande es su amor, asimismo, no debemos temer a ninguna cosa o ser externo que nos atormente ya que Él nos libra de todo mal que aseche en nuestras vidas. Esto también podemos aplicarlo en las malas situaciones económicas, de salud, entre otras. Dejemos nuestras preocupaciones en manos de Dios y veremos maravillas en nuestras vidas.
Juan 15:10
“Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.” (Juan 15:10)
Aquí, Jesús nos invita a seguir su ejemplo de una vida de amor y servicio, nos recuerda seguir los mandamientos de su padre así como él lo hizo a lo largo de sus 33 años y nos anima a que de la misma forma que disfruta del Amor de Dios, nosotros también podemos hacerlo.
Gálatas 2:20
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
Él apóstol Pablo, nos cuenta su experiencia de vida a través del amor de Dios. Podemos entender que nuestro deber es servir a Dios así como él lo hizo con nosotros, permitirle entrar en nuestros corazones a través de la oración y la fe.
Isaías 56:6-7
«Y a los extranjeros que se alleguen al SEÑOR para servirle, y para amar el nombre del SEÑOR, para ser sus siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo, y se mantienen firmes en mi pacto, yo los traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.» (Isaías 56:6-7)
La palabra de Dios nos dice que no importa de dónde venimos, la religión que profesemos o las cosas que hayamos hecho. Si decidimos dejar entrar a Dios en nuestras vidas él nos acogerá como a otro más de sus hijos.
Colosenses 3:1-4
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” (Colosenses 3:1)
En este versículo se nos invita a buscar todo lo bueno, todo lo que agrade a Dios. Si nosotros hemos resucitado de una vida de pecado y emprendemos el camino de servir al ser más amoroso de este mundo, tenemos que hacer el bien por sobre todas las cosas.
Romanos 8:31-32
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? “. (Romanos 8:31-32)
Hay algo muy cierto que se narra en este versículo y es que, si Dios entrego a su único hijo por darnos la salvación a nosotros, es de esperar que nos cuidara de todo lo malo. Si nosotros mantenemos a Dios en nuestro corazón, no hay mal que pueda atentar contra nuestras vidas.
Salmos 97:10
“Los que amáis al SEÑOR, aborreced el mal; El guarda las almas de sus santos; los libra de la mano de los impíos.” (Salmos 97:10)
Hay algo muy sagrado que el Señor nos permitió y es el libre albedrio. Nosotros, tenemos el poder de decidir si lo seguimos en su camino del bien o simplemente no lo hacemos, aun así debemos tener claro que él aborrece el mal, por eso si queremos cumplir nuestro compromiso con Dios, nos alejaremos de las cosas que sabemos no le agradan.