Puede llegar a ocurrir que solo acudimos a Dios cuando necesitamos ayuda y nos acordamos de él únicamente al atravesar un momento difícil. Olvidamos lo importante que es agradecerle a Dios, desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes.
La biblia contiene una variedad de versículos sobre el agradecimiento a Dios, de los cuales hemos elegido 11. Te invitamos a leer a continuación dichos versículos y unas breves explicaciones de los mismos, con la finalidad de ayudarte a retomar el hábito de agradecerle.
Mejores Versículos de la Biblia sobre Agradecimiento a Dios:
Apocalipsis 7:11-12
“Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y cayeron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: ¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén”. (Apocalipsis 7:11-12)
No importa si eres una persona con muchos recursos o pocos, si eres niño o adulto, todas las personas debemos de darle gracias a Dios y adorarlo, al igual que los ángeles. Esto nos servirá para darnos cuenta que aunque nuestra vida nunca será perfecta, siempre tendremos cosas buenas que podemos agradecer y tener presente.
Salmos 103:1-5
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“Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión; el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila”. (Salmos 103:1-5)
Al final, todo mejorará si así él lo quiere. Dios nos ayuda de mil maneras diariamente y a veces lo pasamos por desapercibido. Él es el que nos sana a través de los médicos y quien nos llena de fortaleza cuando lo necesitamos.
Esdras 3:11
“Y entonaban alabanzas de gratitud al Señor, y decían: «Dios es bueno, y su misericordia por Israel es eterna. Y todo el pueblo unánime alababa a Dios con júbilo al ver cómo se echaban los cimientos del templo del Señor”. (Esdras 3:11)
Si ha pasado un tiempo desde que fuiste a misa por última vez y alabaste al Señor, te recomendamos ir nuevamente. No hay algo que llene más tu corazón que alabar al Dios Todopoderoso junto a otras personas y oír la palabra del Señor.
Lucas 17:15-16
“Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, volvió alabando a Dios a voz en cuello, y rostro en tierra se arrojó a los pies de Jesús y le dio las gracias. Este hombre era samaritano”. (Lucas 17:15-16)
Este versículo es muy especial porque se ve reflejado el poder de nuestro Señor. Un poder que le permite sanar hasta a la persona más enferma. Nunca desistamos, nunca dejemos de orar, nunca dejemos de creer en él. De igual manera, nunca dejemos de agradecerle. ¿Encontraste tu trabaja de sueños? Agradécele. O al contrario, ¿no lo encontraste? Agradécele. Cuando una puerta se cierra, es porque tiene preparado algo mejor para ti.
Colosenses 3:17
“Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él”. (Colosenses 3:17)
No solo debemos de recordar a Dios, sino también a su hijo Jesús. Tengamos presente a Jesús en nuestras oraciones, agradezcámosle a Dios a través de él por todo lo que nos ocurre diariamente, ya sea bueno o malo. Lo malo nos deja un aprendizaje y lo bueno nos hace feliz.
Daniel 2:23
“A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado fuerza y sabiduría, y ahora me has revelado lo que te pedimos: ¡nos has dado a conocer el asunto del rey!”. (Daniel 2:23)
¿Cómo hoy agradecí mañana no debo de hacerlo? ¡Error! Todos los días debemos de agradecer. Se ha de ser constante con el agradecimiento. Ya el hecho de despertar y tener la oportunidad de vivir un nuevo día, es una razón para dar gracias.
Salmos 75:1
“Gracias te damos, Dios mío, gracias te damos, porque tu nombre está cerca de nosotros. ¡Todos hablan de tus hechos portentosos!”. (Salmos 75:1)
Nuestro Dios ha permitido que se lleven a cabo tantos milagros que de seguro has llegado a oír alguno, ya sea de la biblia o por algún conocido. Nunca dejemos de impresionarnos de su poder ni dudemos de él.
Mateo 15:36
“Luego tomó los siete panes y los pescados, dio gracias, y los partió y dio a sus discípulos, y ellos a la multitud”. (Mateo 15:36)
De seguro has oído a alguien decir “donde come uno, comen dos”. Agradezcamos que tenemos comida, y ayudemos al que no. No desamparemos a nuestros hermanos. Siempre compartamos nuestra comida con el que más lo necesite.
Juan 11:41
“Entonces quitaron la piedra. Y Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: Padre, te doy gracias por haberme escuchado”. (Juan 11:41)
Dios siempre escucha nuestras oraciones. Tus conversaciones con él son escuchadas, así que no solo pidas por ese trabajo o porque se resuelve ese problema que te acompleja. Toma una parte de tus peticiones para agradecerle.
Crónicas 16:34
“¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!”. (Crónicas 16:34)
Dios nos ama a todos. Todos somos hijos de Dios. Si fuimos despreciados o sentimos alguien no nos quiere, no olvidemos su amor infinito por nosotros. Agradezcamos por ese amor, tengamos presente todos los días que él nos ama y está con nosotros.
Jonás 2:9
“Yo, en cambio, te ofreceré sacrificios y cánticos de gratitud. Cumpliré las promesas que te hice. ¡La salvación viene del Señor!”. (Jonás 2:9)
Si le hicimos una petición al Señor y le hemos prometido algo al cumplirse, debemos de mantener esa promesa. No la quebrantemos al pasar los meses o años. Siempre agradezcamos por eso que se nos cumplió que pedimos en su momento con tanta fe, aunque ya haya pasado mucho tiempo.