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Explicación y Significado y Estudio del Versículo 22, Capítulo 18, Libro de Mateo del Nuevo Testamento en la Biblia. Autoría: Mateo.
Versículo Mateo 18:22 en la Biblia
‘Jesús le dijo: –No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.’
Mateo 18:22
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¿Qué significa Mateo 18:22?, la importancia y lecciones que podemos conocer de este verso:
Mateo 18:22 - Perdonar setenta veces siete
Contexto del versículo
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El versículo Mateo 18:22 se encuentra en un pasaje en el que Jesús habla sobre la necesidad de perdonar a los demás. En el versículo anterior, Pedro le pregunta a Jesús cuántas veces debe perdonar a alguien que le ha ofendido, y le sugiere si siete veces sería suficiente. La respuesta de Jesús, "No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete", indica que no existe un límite para el perdón. Jesús está enseñando a Pedro y a todos los presentes sobre la importancia del perdón y la misericordia.
¿Por qué es importante el perdón en la vida de un cristiano?
El perdón es una parte fundamental de la vida cristiana por varias razones. Primero, es un mandato de Dios. En Colosenses 3:13, se nos insta a perdonar a los demás, así como Dios nos ha perdonado. Segundo, el perdón es esencial para nuestras relaciones con los demás. Si queremos tener relaciones saludables, debemos ser capaces de perdonar a aquellos que nos han ofendido. Perdonar no solo libera a la otra persona, sino que también libera a la persona que perdona del dolor y la amargura que puede acompañar la falta de perdón. Finalmente, el perdón es esencial para nuestra relación con Dios. Si no estamos dispuestos a perdonar a los demás, no podemos esperar que Dios nos perdone a nosotros (Mateo 6:14-15).
Reflexiones sobre el versículo
Jesús no está diciendo que debemos llevar un conteo preciso de cuántas veces hemos perdonado a alguien. En lugar de eso, está enfatizando que no hay un límite para el perdón, y debemos estar dispuestos a perdonar a los demás, sin importar cuántas veces nos hayan ofendido. Además, la cifra setenta veces siete es una forma de decir que siempre debemos estar dispuestos a perdonar, sin importar cuántas veces hayamos sido heridos.
¿Cómo podemos aplicar este versículo en nuestra vida diaria?
El perdón es un acto diario que debe ser practicado regularmente. Debemos estar dispuestos a perdonar a los demás, incluso si ha pasado mucho tiempo desde que nos hirieron. A veces, el acto de perdonar a alguien puede ser difícil, especialmente si la ofensa ha sido grave. Sin embargo, debemos recordar que el perdón es un regalo que nos damos a nosotros mismos, no a la otra persona. Perdonar no significa olvidar o justificar la ofensa, sino simplemente liberarnos del peso de la amargura y el resentimiento.
Preguntas frecuentes sobre el perdón
1. ¿Debo perdonar incluso si la otra persona no parece arrepentirse?
Sí, debemos estar dispuestos a perdonar incluso si la otra persona no se arrepiente. El perdón es para nosotros, no para ellos.
2. ¿Debo perdonar aunque la ofensa haya sido muy grave?
Sí, debemos estar dispuestos a perdonar incluso si la ofensa ha sido muy grave. Esto no significa que debamos excusar o minimizar lo que se ha hecho, sino simplemente que debemos estar dispuestos a dejar ir nuestro dolor y angustia.
3. ¿Qué debo hacer si tengo dificultades para perdonar?
Si tienes dificultades para perdonar a alguien, comienza por orar por esa persona y por ti mismo. Pide la ayuda de Dios para perdonar y para encontrar la paz y el cierre que necesitas. También puede ser útil hablar con un consejero o un amigo de confianza para obtener apoyo y perspectiva.
El poder del perdón: Reflexión Corta sobre la liberación del alma
Perdonar es un acto de amor y valentía que trasciende el daño recibido. Al elegir soltar el rencor, encontramos la libertad en nuestro corazón y la paz en nuestra mente. Aunque el camino del perdón pueda parecer difícil, es en esa entrega donde descubrimos la verdadera fortaleza. Cada vez que perdonamos, nos liberamos de las cadenas de la amargura y nos acercamos un paso más a la esencia del amor divino, recordando que todos, en algún momento, hemos anhelado la misma gracia.
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Jesús le contestó: “No, no te digo hasta 7 veces, sino hasta 77 veces” (Mat. 18:22).
Como somos imperfectos, a todos los siervos de Jehová alguna vez nos ha costado mucho perdonar. Entonces, ¿qué puede hacer? Lo importante es que haga todo lo posible por perdonar a su hermano y hacer las paces con él. ¿Se le hace difícil poner en práctica este consejo? No se dé por vencido.
Estaba confirmando Jesús que debe llevarse la cuenta de los errores de los demás? No, todo lo contrario. Al convertir el 7 de Pedro en 77, en realidad estaba diciendo que el amor verdadero no le pone límites al perdón. Jesús quería hacerle ver al apóstol que se había dejado influir por la forma de pensar insensible y rencorosa de las demás personas, que llevaban la cuenta del perdón como si se tratara de una libreta de deudas. En otras palabras: sin límites. Pedro debía perdonar a su hermano todas las veces que hiciera falta. Y nosotros por ende igual, quienes imitan a Dios deben ser mucho más generosos y nobles al perdonar.
Quizá le ha herido profundamente el trato desconsiderado de alguien a quien ama o en quien confía. Cuando esto sucede, la reacción natural es enfadarse. Puede que dejemos de hablar al ofensor y, si es posible, hasta lo evitemos por completo. Pudiera parecernos que si le perdonamos, permitimos que se salga con la suya. No obstante, si guardamos resentimiento, terminamos lastimándonos nosotros mismos. Así que no se debe poner límite a la cantidad de veces que perdonemos a nuestro prójimo. Y nos sentiremos bien con los demás y con nosotros mismos.
Jesús le contestó: “No, no te digo hasta 7 veces, sino hasta 77 veces” (Mat. 18:22).
En su primera carta, el apóstol Pedro usó la expresión “amor intenso”. Ese amor no solo cubre unos cuantos pecados, sino “una multitud de pecados” (1 Ped. 4:8). Al escribir esto, Pedro tal vez recordó lo que Jesús le había enseñado sobre el perdón en una conversación que tuvieron años antes. Cuando Pedro le dijo que estaría dispuesto a perdonar a alguien “hasta 7 veces”, probablemente pensó que estaba siendo muy generoso. Pero Jesús le enseñó que tendría que perdonar “hasta 77 veces”, es decir, sin poner un límite. Y esa es una lección para nosotros también (Mat. 18:21). ¿Se le hace difícil poner en práctica este consejo? No se dé por vencido. Como somos imperfectos, a todos los siervos de Jehová alguna vez nos ha costado mucho perdonar. Entonces, ¿qué puede hacer? Lo importante es que haga todo lo posible por perdonar a su hermano y hacer las paces con él.