Explicación de Lucas 18:11

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Explicación del Versículo 11, Capítulo 18, Libro de Lucas del Nuevo Testamento en la Biblia. Autor: Lucas.

Versículo Lucas 18:11

‘El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: «Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;’

Lucas 18:11

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¿Qué significa Lucas 18:11?, su importancia y estudios que podemos conocer de este versículo:

Lucas 18:11 - El fariseo

Los fariseos eran una secta religiosa de los judíos que eran muy observantes de la ley. Eran conocidos por su aparente devoción y se consideraban a sí mismos como los más justos y santos en su sociedad. En este versículo, vemos a un fariseo orando en público, pero su oración no es orientada a Dios, sino que se trata de una alabanza a sí mismo. El fariseo se ufana de su propia justicia y se compara con los demás hombres a su alrededor.

La Hipocresía del Fariseo

Es interesante notar que el fariseo se adula a sí mismo mientras critica a otros. Se siente superior a los publicanos, considerados generalmente como personas corruptas y pecadoras. Su oración no es en absoluto humilde ya que no busca la misericordia y la ayuda de Dios. De hecho, su orgullo y su arrogancia lo llevan a detenerse en lo externo: "no soy como los otros hombres". En otras palabras, su imagen y su reputación son más importantes que su relación con Dios.

El Espíritu Humilde

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En contraste con el orgullo del fariseo, el publicano en esta historia es el que tiene la actitud correcta. El publicano reconoce su propio pecado y su necesidad de misericordia, diciendo: "Dios, ten misericordia de mí, pecador" (Lucas 18:13). El publicano muestra un corazón humilde que reconoce la necesidad de Dios. En lugar de juzgar a otros, se enfoca en su propia necesidad de ayuda y guía.

Nuestra Actitud Hacia Otros

Aunque el fariseo en esta historia es un ejemplo negativo, podríamos identificarnos con él. Todos nosotros hemos juzgado a otros en alguna ocasión, comparándonos favorablemente a ellos. Sin embargo, la lección de esta parábola es que la actitud correcta ante Dios es la humildad. Es importante recordar que todos somos pecadores y que necesitamos la misericordia de Dios.

Conclusión

Este pasaje de la Biblia es una poderosa lección sobre nuestra actitud ante Dios y ante los demás. En lugar de jactarnos de nuestra propia justicia, deberíamos buscar la humildad y reconocer nuestra necesidad de Dios. Debemos evitar juzgar a otros y compararnos favorablemente a ellos. En última instancia, somos todos iguales ante Dios, y necesitamos su perdón y su amor.

Caminos de Humildad: Reflexión Corta sobre Lucas 18:11

Al contemplar el fariseo y el publicano, se nos invita a mirar hacia nuestro interior. ¿Acaso no somos, en ocasiones, fariseos sin darnos cuenta? En un mundo que valora la apariencia y el estatus, recordar la necesidad de acercarnos a Dios con humildad es un acto de valentía. La verdadera grandeza radica en reconocer nuestras imperfecciones y extender nuestra mano hacia la misericordia divina. Abramos nuestros corazones a la transformación, dejando de lado el orgullo y permitiendo que nuestra fragilidad nos conecte con la gracia que tanto anhelamos.

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Significado e interpretación del Versículo 11 del capítulo 18 de Lucas en la Biblia

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