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Explicación del Versículo 12, Capítulo 18, Libro de Lucas del Nuevo Testamento en la Biblia. Autoría: Lucas.
Versículo Lucas 18:12 de la Biblia
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¿Qué significa Lucas 18:12?, la importancia y lecciones que podemos aprender en este versículo:
Introducción
Lucas 18:12 es un versículo interesante que presenta una práctica común en la época de Jesús y que aún hoy en día es practicada en algunas comunidades cristianas: el ayuno y el diezmo. En este versículo, un fariseo se jacta de ayunar dos veces a la semana y de diezmar todo lo que gana. Sin embargo, ¿qué podemos aprender de esto y cómo podemos aplicarlo en nuestras vidas hoy en día?
El significado del ayuno
El ayuno es una práctica espiritual común en muchas religiones, incluyendo el cristianismo. Consiste en abstenerse de comida y bebida (y posiblemente otras actividades) durante un período de tiempo determinado. Para los cristianos, el ayuno puede tener varias intenciones: una forma de buscar la dirección de Dios en una situación, una forma de expresar arrepentimiento y humillación ante Dios, o una forma de intensificar la oración y la relación con Dios.
¿Por qué ayunar dos veces a la semana?
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En Lucas 18:12, el fariseo se jacta de ayunar dos veces a la semana como si fuera una gran hazaña espiritual. ¿Pero por qué ayunar dos veces a la semana? En la época de Jesús, los fariseos y otros líderes religiosos judíos ayunaban dos veces a la semana, los lunes y jueves. Estos días de la semana se consideraban días de mercado, por lo que los fariseos optaban por ayunar en esos días para evitar la tentación de comprar y vender.
La importancia de diezmar
Además de su ayuno, el fariseo también menciona que diezma todo lo que gana. El diezmo es la práctica de dar una décima parte de los ingresos a Dios. Aunque esta práctica se menciona en el Antiguo Testamento (Levítico 27:30), también se practicaba en la época de Jesús y se sigue practicando en algunas comunidades cristianas hoy en día.
Aplicando Lucas 18:12 en nuestras vidas
Aunque el fariseo mencionado en Lucas 18:12 puede parecer arrogante, hay cosas que podemos aprender de su práctica del ayuno y el diezmo. La práctica del ayuno nos recuerda que no solo necesitamos alimento físico para vivir, sino que también necesitamos nutrirnos espiritualmente. El ayuno puede ser una forma de poner nuestra atención en Dios y alejarnos de las distracciones mundanas.
El diezmo, por otro lado, es una forma de demostrar nuestra fidelidad a Dios al reconocer que todas nuestras posesiones y recursos provienen de Él. Al dar una décima parte de nuestros ingresos, reconocemos que Dios es el dueño de todo y que estamos dispuestos a confiar en Él para satisfacer nuestras necesidades.
Resolviendo dudas y preocupaciones
Una preocupación común con respecto al diezmo es la cantidad que se debe dar. ¿Debe ser una décima parte bruta o neta de nuestros ingresos? La respuesta a esto puede variar según la interpretación bíblica y la enseñanza de diferentes iglesias. Lo importante es que demos de manera generosa y alegre, ya que "cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría" (2 Corintios 9:7).
Reflexiones finales
En Lucas 18:12, el fariseo se jacta de sus prácticas religiosas. Si bien su actitud puede ser cuestionable, podemos aprender de sus acciones de ayunar y diezmar. En nuestras propias vidas, podemos practicar el ayuno y el diezmo de una manera que honre a Dios y demuestre nuestra fidelidad a Él. Podemos reconocer que todo lo que tenemos proviene de Dios y que Él es quien nos da la fuerza y los recursos para vivir en el mundo.
Creciendo Juntos: Reflexión Corta sobre la Humildad
En nuestras vidas, a menudo buscamos hacer lo correcto y satisfacer los mandatos de nuestra fe, pero es esencial recordar que nuestra intención debe ser siempre la de acercarnos a Dios con humildad y sinceridad. Las prácticas espirituales como el ayuno y el diezmo deben ir acompañadas de un corazón agradecido y una disposición a amar y servir a los demás. Al final del día, lo que importa no son nuestras obras, sino el amor que compartimos y la autenticidad con la que nos acercamos a nuestro Creador.
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