Lectura y Explicación del Capítulo 10 de Job:
2 Diré a Dios: «No me condenes, sino hazme entender por qué contiendes conmigo.
3 ¿Te parece bien oprimirme, desechar la obra de tus manos y favorecer los designios de los impíos?
4 ¿Acaso son de carne tus ojos? ¿Ves tú las cosas como las ve el hombre?
5 ¿Son tus días como los días del hombre, o tus años como el tiempo de los seres humanos,
6 para que estés al acecho de mi iniquidad y andes indagando tras mi pecado,
7 aun sabiendo que no soy impío y que nadie podría librarme de tu mano?
8 Tus manos me hicieron y me formaron, ¿y luego te vuelves y me deshaces?
9 Acuérdate de que como a barro me diste forma, ¿y en polvo me has de volver?
10 ¿No me vertiste como leche, y como queso me cuajaste?
11 Me vestiste de piel y carne, me tejiste con huesos y nervios,
12 me concediste vida y misericordia, y tu cuidado ha guardado mi espíritu.
13 Pero tú ocultas algo en tu corazón, y yo sé que lo tienes presente:
14 observar si yo pecaba, y no tenerme por limpio de mi iniquidad.
16 Si alzo la cabeza, como un león, me das caza y haces contra mí maravillas.
17 Renuevas tus pruebas contra mí, y contra mí aumentas tu furor como tropas de relevo.
18 ¿Por qué me sacaste de la matriz? Habría expirado y nadie me habría visto.
19 Sería como si nunca hubiera existido, llevado del vientre a la sepultura.
20 ¿No son pocos mis días? ¡Déjame, pues! Apártate de mí, para que pueda consolarme un poco
21 antes que vaya para no volver, a la tierra de las tinieblas y la sombra de muerte,