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Estudio del Versículo 7, Capítulo 19, Libro de 2 Crónicas del Antiguo Testamento en la Biblia. Autor: Esdras.
Versículo 2 Crónicas 19:7
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¿Qué significa 2 Crónicas 19:7?, la importancia y las reflexiones que podemos conocer de este versículo:
El temor de Jehová
Contexto: 2 Crónicas 19
El libro de 2 Crónicas relata la vida y reinado del rey Josafat. Este rey fue conocido por ser fiel a Dios y por buscar la aprobación del Señor en sus decisiones. En el capítulo 19 del libro, leemos un pasaje en el que Josafat está designando jueces en el reino de Judá. Él les da instrucciones claras sobre cómo se espera que se desempeñen en su rol y les recuerda la importancia de temer a Dios.
El temor de Jehová en este versículo
El versículo en cuestión es una continuación de las instrucciones que Josafat da a los jueces. Él les dice que el temor de Jehová debe estar con ellos. Es decir, deben tener un profundo respeto y reverencia por Dios y su Palabra. Luego, les da una razón para tener este temor, diciéndoles que Dios es justo y no tiene favoritismos ni es sobornado. En otras palabras, Dios no se dejara influenciar por lo que una persona tenga para ofrecerle.
La importancia del temor de Jehová
¿Qué significa temer a Jehová?
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En la biblia, el temor de Jehová se refiere a tener un profundo respeto y reverencia por Dios y su Palabra. El temor bíblico no es un temor de temblor como si estuviésemos frente a algo terrorífico, sino una actitud positiva que implica un respeto profundo, amor y obediencia a Dios. El temor de Dios nos lleva a tomar decisiones correctas, con sabiduria y justicia en todos los aspectos de nuestras vidas.
¿Por qué es importante temer a Jehová?
El temor de Jehová es importante porque nos ayuda a tomar decisiones sabias y justas. Si tememos al Señor, lo honraremos en nuestra toma de decisiones y en nuestras acciones. Nos acerca a Dios y fortalece nuestra fe, sabiendo que Dios es justo y nos está observando. Proverbios 1:7 dice: "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová", lo que significa que el temor de Dios es el fundamento para vivir de manera sabia y justa.
Cómo aplicarlo en nuestra vida
Reflexione sobre sus acciones
Tener un temor y respeto por Dios nos lleva a reflexionar sobre nuestras acciones. ¿Estamos tomando decisiones sabias y justas? ¿Estamos actuando con integridad, sin importar que la otra persona sea rica o pobre, líder o seguidor? ¿Están nuestros motivos honrando a Dios y a los demás?
Busque la sabiduría de Dios
Cuando buscamos la sabiduría de Dios, le estamos dando el espacio para que pueda modelar nuestras decisiones y acciones, tomando en cuenta nuestro temor hacia Él. Si estamos buscando comprender Su Palabra, Él nos dará la sabiduría que necesitamos para tomar decisiones prudentes y justas.
Reflexione sobre la relación con Dios
Recordamos que Dios no tiene acepción de personas, o sea Él no se deja influenciar. El hecho de que Dios no tenga favoritismos y no se deje influir significa que no debemos tratar de manipular a los demás para obtener lo que queremos o para ganar una posición. En vez de manipular, busquemos tener una relación correcta con Dios, caminando en Su sabiduría y obrando con integridad.
Conclusión
El llamado a temer a Dios es importante para nosotros hoy como lo fue para los jueces en el tiempo del rey Josafat. Al tener un temor y respeto por Dios, podemos tomar decisiones sabias y justas, reflejando la justicia divina en el mundo. Dios es justo y no tiene favoritismos, debemos aspirar a esta misma justicia en cada una de nuestras acciones. Busquemos la sabiduría de Dios y fortalezcamos nuestra fe al escuchar y obedecer Su Palabra.
El Temor de Dios: Reflexión Corta para Nuestro Día a Día
Reflexionando sobre el versículo de 2 Crónicas 19:7, nos damos cuenta de que temer a Dios no es solo un sentimiento de respeto, sino una guía para nuestras decisiones cotidianas. A menudo, nos encontramos en situaciones donde debemos elegir entre lo fácil y lo correcto. Si cultivamos un verdadero temor hacia Dios, nuestras elecciones se alinearán con la justicia y la integridad, recordándonos que, al final del día, no se trata solo de lo que queremos, sino de vivir de manera que honre a Dios y a los demás. Hacerlo nos equipa para ser faros de luz en un mundo que a menudo valora lo contrario.
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