Explicación de 1 Reyes 6:11

"En cuanto a esta casa que tú estás edificando, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis juicios, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a David tu padre".

Este versículo presenta una promesa de Dios a Salomón, el cual estaba construyendo la casa de Dios. La condición para recibir esta promesa era que Salomón debía guardar los mandamientos de Dios y cumplir con sus estatutos y juicios. Esta condición no solo se aplica a Salomón, sino que también se aplica a nosotros. Si queremos recibir las promesas de Dios, debemos obedecer sus mandamientos y seguir sus estatutos.

Si reflexionamos en este versículo, podemos ver que la promesa de Dios a Salomón no fue automática, él tenía que hacer algo para que se cumpliera. Esto significa que si queremos ver las promesas de Dios en nuestra vida, debemos tomar acción y obedecer sus mandamientos. No podemos simplemente esperar a que las cosas sucedan sin hacer nada al respecto.

Además, es importante destacar que la promesa de Dios no se centra en la construcción de la casa de Dios en sí misma, sino en la relación de Salomón con Dios. Este versículo nos muestra que no importa lo grandioso que pueda ser un proyecto, la verdadera recompensa se encuentra en nuestra relación con Dios. Debemos estar seguros de que nuestros corazones están en el lugar correcto y enfocados en la presencia de Dios.

En cuanto a la aplicación de este versículo en nuestra vida, podemos tomar algunos consejos de Salomón. En primer lugar, debemos asegurarnos de que nuestra vida esté enfocada en Dios. Esto significa que debemos seguir sus mandamientos y estatutos, incluso cuando no es fácil hacerlo. En segundo lugar, debemos buscar una relación más profunda con Dios, no solo centrarnos en proyectos grandiosos. En tercer lugar, debemos ser pacientes y estar listos para trabajar para recibir las promesas de Dios, sabiendo que Él siempre cumplirá su palabra.

En conclusión, este versículo nos muestra la importancia de obedecer a Dios y mantener nuestra relación con Él en primer lugar. Si queremos ver las promesas de Dios en nuestra vida, debemos ser pacientes y trabajar fuertemente para recibirlas. No podemos esperar que las cosas sucedan de manera automática, debemos tomar acción y obedecer a Dios en todo momento.