Explicación de Salmos 135:16

El salmo 135 es un cántico de alabanza a Dios por su poder y su amor hacia Israel y su pueblo elegido. En este salmo, encontramos el versículo 16, que es muy interesante y nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza del hombre y su relación con Dios. El versículo dice lo siguiente: "Tienen boca y no hablan; tienen ojos y no ven". ¿Qué nos quiere decir este versículo? ¿Cómo podemos aplicarlo en nuestra vida diaria?

Para entender mejor este verso, es necesario ponerlo en contexto. Los versos anteriores hablan de ídolos y dioses falsos que son adorados por los pueblos vecinos de Israel. Se dice que estos ídolos son hechos por manos humanas, con materiales como oro, plata y madera, y que son incapaces de hacer nada por sí mismos. Por eso, el salmista dice que los que los adoran son como ellos, sin voz ni vista.

En nuestra era moderna, en la que el ateísmo y el materialismo han crecido en popularidad, este versículo sigue siendo relevante. Muchas personas viven sus vidas como si estuvieran adorando ídolos falsos, como el dinero, la fama o el poder. Se preocupan por acumular riquezas y fama, pero se olvidan de lo verdaderamente importante: la relación con Dios y con los demás seres humanos.

Los que adoran estos ídolos falsos son como los ídolos mismos: tienen boca, pero no hablan con sinceridad ni amor; tienen ojos, pero no ven las necesidades de los demás. Es una advertencia para todos nosotros: debemos estar atentos a no caer en la trampa del materialismo y la vanidad, y en cambio cultivar una vida de fe y bondad hacia los demás.

Pero este versículo también tiene una segunda capa de significado. No solo se refiere a los ídolos hechos por el hombre, sino también a la ceguera espiritual de muchos seres humanos. Hay muchas personas que dicen creer en Dios, pero su fe es superficial y vacía. No hablan de su fe y no ven las obras de Dios en sus vidas y en el mundo que les rodea.

La fe no es algo que se puede esconder o guardar en secreto. La fe debe ser proclamada y vivida en la vida cotidiana. Debemos hablar con nuestra boca de la bondad y el amor de Dios, y nuestros ojos deben estar abiertos para ver su obra en todas partes. Debemos ser ejemplos de amor y compasión hacia los demás, demostrando que nuestra fe es real y transformadora.

En resumen, el versículo "Tienen boca y no hablan; tienen ojos y no ven" nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del hombre y su relación con Dios. Nos recuerda que debemos mantenernos alejados de los ídolos falsos del materialismo y la vanidad, y en su lugar cultivar una vida de fe y bondad hacia los demás. Además, nos llama a ser ejemplos vivos de nuestra fe, hablando de ella con sinceridad y vida en sociedad.