Lectura y Explicación del Capítulo 30 de Proverbios:
1 Palabras de Agur hijo de Jaqué. La profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.
2 Ciertamente yo soy más rudo que nadie: no tengo entendimiento humano.
3 No aprendí sabiduría ni conozco la ciencia del Santo.
5 Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo para los que en él esperan.
6 No añadas a sus palabras, para que no te reprenda y seas hallado mentiroso.
7 Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera:
10 No acuses al siervo ante su señor, no sea que te maldiga y lleves el castigo.
11 Hay generación que maldice a su padre y que a su madre no bendice.
12 Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia.
13 Hay generación de ojos altivos y párpados altaneros.
16 el seol, la matriz estéril, la tierra, que no se sacia de agua, y el fuego, que jamás dice: «¡Basta!
18 Tres cosas me son ocultas, y una cuarta tampoco conozco:
20 La mujer adúltera procede así: come, se limpia la boca y dice: «No he hecho ningún mal».
21 Por tres cosas tiembla la tierra, y por una cuarta que no puede sufrir:
22 por el siervo llegado a rey, por el necio saciado de pan,
23 por la mujer aborrecida, cuando se casa, y por la sierva cuando hereda a su señora.
24 Cuatro de las cosas más pequeñas de la tierra son más sabias que los sabios:
25 las hormigas, pueblo que no es fuerte, pero en verano preparan su comida;
26 los conejos, pueblo que no es vigoroso, pero hacen su casa en la piedra;
27 las langostas, que no tienen rey, pero salen todas por cuadrillas;
28 la araña, que la atrapas con la mano, pero está en los palacios reales.
29 Tres cosas hay de hermoso andar, y una cuarta que pasea con elegancia:
30 El león, fuerte entre todos los animales, que no retrocede ante nada;
31 el gallo altivo, y también el macho cabrío, y el rey, a quien nadie resiste.
32 Si neciamente te has enaltecido y te has propuesto hacer mal, ponte la mano sobre la boca.