Lectura y Explicación del Capítulo 16 de Job:
2 Muchas veces he oído cosas como estas, ¡Consoladores molestos sois todos vosotros!
3 ¿Tendrán fin las palabras vacías? ¿Qué es lo que te anima a responder?
5 Pero os alentaría con mis palabras, y el consuelo de mis labios calmaría vuestro dolor.
6 Pero en mí, aunque yo hable, el dolor no cesa; y aunque deje de hablar, no se aparta de mí.
7 Porque ahora él me ha fatigado; ha asolado toda mi compañía.
11 Dios me ha entregado al mentiroso, en las manos de los impíos me ha hecho caer.
13 Me rodearon sus flecheros, y él partió mis riñones sin compasión y derramó mi hiel por tierra.
14 Me quebrantó de quebranto en quebranto; corrió contra mí como un gigante.
15 Entonces cosí sobre mi piel tejidos ásperos y puse mi cabeza en el polvo.
16 Mi rostro está hinchado por el llanto y mis párpados entenebrecidos,
17 a pesar de no haber iniquidad en mis manos y de ser pura mi oración.
18 ¡Tierra, no cubras mi sangre ni haya en ti lugar para mi clamor!
19 En los cielos está mi testigo y mi testimonio en las alturas.
20 Disputadores son mis amigos, mas ante Dios derramaré mis lágrimas.
21 ¡Ojalá pudiera disputar el hombre con Dios como con su prójimo!
22 Mas vienen los años, que están contados, y yo me iré por el camino sin regreso.