Ocultar los anuncios de esta página
Si haces clic vas a ocultar los anuncios de esta página, pero recuerda que gracias a los anuncios podemos seguir compartiendo la Biblia gratis con miles de personas cada día.
Si este proyecto te bendice y quieres ayudarnos, puedes
hacerte miembro por solo US$1,99 y leer sin anuncios en todo el sitio.
Ocultar anuncios solo en esta página
Seguir viendo anuncios
Resumir
Resumen rápido de este versículo
La idea central es que Dios se presenta como quien llama, sostiene y defiende a su pueblo: no importa lo pequeño o vulnerable que te sientas, él promete ayuda, provisión y victoria frente a los que quieren dañarte, y hasta abre fuentes donde hay sequía para que renazca la vida. La verdad es que esto consuela cuando andas con dudas, cansancio o miedo; te recuerda que no estás solo y que tu valor no depende de las apariencias ni de ídolos que no pueden hacer nada. En la vida diaria sirve para confiar más en la presencia y en la obra de Dios, para pedirle fuerza en lo difícil y para dejar de poner la seguridad en cosas que no duran, animándote a vivir con esperanza y coraje.
Escucha el capítulo completo: 🔊
Tu navegador no soporta el elemento de audio.
Escuchar ▶️
Volver al libro Isaías
Capítulo Anterior |Capítulo Siguiente Lee el Capítulo 41 de Isaías y pulsa sobre cada versículo para ver su explicación.
Lectura y Explicación del Capítulo 41 de Isaías:
1 Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; vengamos juntos a juicio.
2 ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que lo siguiera, entregó delante de él naciones y le hizo enseñorearse de reyes? ¿Quién los volvió con su espada como polvo, como paja arrebatada por su arco?
3 Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado.
4 ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, soy el primero, y yo mismo seré con los últimos.
5 Las costas vieron y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron y vinieron.
6 Cada cual ayuda a su vecino y dice a su hermano: «¡Esfuérzate!
7 El carpintero anima al platero y el que alisa con martillo al que bate en el yunque, diciéndole: «¡Bien está la soldadura!» Y luego lo afirman con clavos para que no se mueva.
8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham, mi amigo.
9 Porque te tomé de los confines de la tierra, de tierras lejanas te llamé y te dije: «Mi siervo eres tú; te escogí y no te deseché.
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.
12 Buscarás a los que tienen contienda contigo y no los hallarás; serán como nada, como cosa que no existe, aquellos que te hacen la guerra.
13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: «No temas, yo te ayudo».
14 ¡No temas, gusanito de Jacob; vosotros, los poquitos de Israel! Yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.
15 He aquí que yo te he puesto por trillo, por trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo.
16 Los aventarás y se los llevará el viento; los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel.
17 Los afligidos y necesitados buscan las aguas, pero no las encuentran; seca está de sed su lengua. Yo, Jehová, los oiré; yo, el Dios de Israel, no los desampararé.
18 En las alturas abriré ríos y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas y manantiales de aguas en la tierra seca.
19 Haré crecer en la estepa cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la tierra árida cipreses, olmos y bojes juntamente,
20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos que la mano de Jehová hace esto, que el Santo de Israel lo ha creado».
21 Alegad por vuestra causa», dice Jehová; «presentad vuestras pruebas», dice el Rey de Jacob.
22 Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de venir: que nos digan lo que ha pasado desde el principio y pondremos nuestro corazón en ello; y sepamos también su final. ¡Hacednos entender lo que ha de venir!
23 Dadnos noticias de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses. A lo menos haced algo, sea bueno o malo, para que tengamos algo que contar y, al propio tiempo, nos maravillemos.
24 He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras, vanidad; abominación es el que os escoge.
25 Del norte levanté a uno, y vendrá; de donde nace el sol invocará mi nombre, y pisoteará príncipes como a lodo, como pisa el barro el alfarero.
26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo sepamos; o de tiempo atrás, para que digamos: «Es justo»? Cierto, no hay quien lo anuncie; sí, no hay quien lo enseñe. Ciertamente, no hay quien oiga vuestras palabras.
27 Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sión, y a Jerusalén daré un mensajerode alegres noticias.
28 Miré, pero no había ninguno; les pregunté por estas cosas, pero ningún consejero hubo; les pregunté, pero no respondieron palabra.
29 He aquí, todos son vanidad y sus obras no son nada. ¡Viento y vanidads on sus imágenes fundidas!
Capítulo Anterior |Capítulo Siguiente
Estudio y Comentario Bíblico de Isaías 41:
https://www.youtube.com/watch?v=VdNgoOvT2Qc