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Explicación del Versículo 12, Capítulo 2, Libro de Hageo del Antiguo Testamento de la Biblia. Autoría: Hageo.
Versículo Hageo 2:12
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¿Qué significa Hageo 2:12?, la importancia y que podemos aprender de este versículo:
¿Qué nos enseña Hageo 2:12?
El versículo de Hageo 2:12 nos muestra la importancia de la santidad y cómo debemos tratarla con respeto. En el contexto bíblico, la carne santificada era una ofrenda que se ofrecía al Señor en el templo. Los sacerdotes y aquellos que la llevaban debían tratarla con cuidado y respeto. Si cualquier persona común y corriente la tocaba con su ropa y luego tocaba la comida, no tendría el mismo efecto de santificación que si lo hiciera el sacerdote designado.
¿Por qué los sacerdotes respondieron que no sería santificada?
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La pregunta planteada en el versículo es interesante, ya que podría parecer lógico que si alguien lleva carne santificada consigo entonces todo lo que toque también sería santificado. Sin embargo, los sacerdotes respondieron que no sería santificada. Esto se debía a que la santificación de la carne no se transmitía de manera automática a los otros alimentos sin un proceso adecuado que los separara de los no santos.
Los sacerdotes estaban enseñando que la santidad no era algo que pudiera ser compartido fácilmente. Era algo específico, designado y separado para un propósito particular. El hecho de que la carne santificada se tocase por casualidad no la haría profana, pero tampoco haría santas las otras cosas que tocó.
¿Cómo podemos aplicar esto en nuestra vida cotidiana?
Aunque el contexto bíblico de este versículo es específico, todavía podemos aplicar el mensaje a nuestra propia vida cotidiana. Como cristianos, debemos vivir en santidad y esforzarnos por evitar todo lo que sea impuro o contaminante.
A menudo, podemos ser tentados a pensar que podemos participar en ciertas actividades o entornos poco saludables y todavía mantener la integridad de nuestra fe. Sin embargo, la santidad es valiosa y no debe ser contaminada por nada. Debemos estar alerta y conscientes de nuestras compañías y también de las situaciones que enfrentamos.
Reflexiones finales
La santidad es algo que debemos tratar con cuidado y respeto. No es algo que podemos compartir fácilmente o manipular a nuestro antojo. Es un regalo que se nos ha dado y debemos tratarlo con la importancia que merece.
Así que, siguiendo el ejemplo de los sacerdotes en Hageo 2:12, debemos estar alerta y conscientes de cómo nuestras acciones pueden afectar nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios. Debemos tratar la santidad como algo valioso y precioso, y no permitir que se vea afectado por las cosas del mundo.
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