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Explicación del Versículo 7, Capítulo 17, Libro de Apocalipsis del Nuevo Testamento en la Biblia. Autor: Juan.
Versículo Apocalipsis 17:7 de la Biblia
‘El ángel me dijo: «¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.’
Apocalipsis 17:7
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¿Qué significa Apocalipsis 17:7?, su importancia y mensajes que podemos aprender de este versículo:
El misterio de la mujer y la bestia en Apocalipsis 17:7
En el libro de Apocalipsis, se presenta una visión que el apóstol Juan tiene acerca de una mujer montada en una bestia con siete cabezas y diez cuernos. La mujer está descrita como una "prostituta grande" que está sentada sobre muchas aguas. Este pasaje ha sido objeto de varias interpretaciones y controversias, pero el ángel que aparece en la visión le dice a Juan que le revelará el misterio de la mujer y de la bestia. En Apocalipsis 17:7, el ángel dice: "¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos".
Interpretaciones de la mujer y la bestia
Hay varias interpretaciones de la mujer y la bestia en el libro de Apocalipsis. Algunos estudiosos creen que la mujer representa a la ciudad de Roma, que era conocida como "la ciudad de las siete colinas". La bestia que la lleva, por lo tanto, representa al Imperio Romano, que era conocido por su poder y violencia. Otros creen que la mujer representa a una iglesia corrupta o falsa, mientras que la bestia simboliza a una fuerza política o militar que la protege.
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De cualquier manera, la imagen que se describe en Apocalipsis es poderosa e inquietante. La mujer está adornada con joyas y es "borracha de la sangre de los santos y de los testigos de Jesús". La bestia, por su parte, es una criatura aterradora con mandíbulas poderosas y una fuerza imparable. Juntos, forman una imagen que es difícil de olvidar.
Revelación de un misterio
Es significativo que el ángel que aparece en la visión le diga a Juan que le revelará el misterio de la mujer y de la bestia. A menudo, nuestras vidas también están llenas de misterios y preguntas sin respuesta. Pero podemos encontrar consuelo en la idea de que hay alguien que puede guiarnos y ayudarnos a entender lo que está sucediendo.
En este sentido, Apocalipsis 17:7 nos recuerda que siempre habrá momentos en que necesitamos la ayuda de otros para resolver los misterios que se nos presentan. Podemos encontrar consuelo en la oración y la meditación, sabiendo que Dios nos apoya y guía en todo momento.
Aplicando el mensaje a nuestra vida
Este pasaje también nos desafía a reflexionar sobre nuestras propias vidas y las imágenes que proyectamos al mundo. ¿Qué mensaje estamos transmitiendo a través de nuestras acciones y palabras? ¿Estamos construyendo una comunidad amorosa y solidaria, o estamos contribuyendo al caos y la violencia en nuestras relaciones con los demás?
La imagen de la mujer y la bestia también nos recuerda que el poder no siempre está asociado con la verdad y la justicia. En lugar de buscar el poder y la dominación sobre los demás, deberíamos esforzarnos por vivir nuestras vidas de acuerdo con la voluntad de Dios y seguir el ejemplo de Jesús.
Conclusión
Apocalipsis 17:7 es un pasaje poderoso y enigmático que nos desafía a reflexionar sobre nuestras vidas y nuestras relaciones con los demás. Aunque puede ser difícil de interpretar, nos recuerda la importancia de buscar la ayuda y la guía de los demás cuando nos enfrentamos a los misterios de la vida. Al aplicar estos principios a nuestras vidas, podemos construir una comunidad amorosa y solidaria que refleje la voluntad de Dios para nosotros y para el mundo.
Reflexión Corta: Misterios y Mensajes
Cuando pensamos en Apocalipsis 17:7, es fácil sentirnos abrumados por la imagen de la mujer y la bestia, pero en el fondo, este pasaje nos invita a mirar hacia adentro. Nos reta a cuestionar qué misterios hay en nuestras vidas y cómo podemos encontrar respuestas en la búsqueda de la verdad, la compasión y la comunidad. Al final del día, todos confrontamos desafíos, y es en nuestra conexión con los demás y con lo divino donde hallamos la fuerza para desentrañar esos enigmas.
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