Cuando las amarguras marquen tu caminata, recuerda que no estás solo. La promesa de Dios es acompañarnos en todo momento, dándonos la fortaleza para continuar. Y esperanzados en su bondad cambiaremos nuestro mundo íntimo.
Cultivemos la esperanza que nunca se impacienta. Fortalezcamos el espíritu para el buen combate. Nunca permitamos el desánimo en nuestra vida. No hay motivos para pensar que todo está perdido, ese pensamiento es de los que no conocen a Dios. ¡Buen ánimo y que la luz de la esperanza dirija tus pasos! Para ayudarte, encontrarás a continuación sabios recordatorios en estos versículos llenos de sabiduría.
Mejores Versículos de la Biblia sobre Esperanza y Fortaleza:
Romanos 5:3-5
“Y no sólo esto, sino que nos alegramos aun en las tribulaciones al saber que la tribulación produce paciencia; y la paciencia produce un carácter aprobado; y la aprobación alienta la esperanza. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios está vertido en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha sido dado.”. (Romanos 5:3-5)
Sabia lección del apóstol de Jesús, ¡alegrémonos en las tribulaciones! Ellas producen en nuestro espíritu la paciencia, el carácter, y nos alienta la esperanza con lo que nada podrá debilitarnos. Esperanzados en un mundo mejor y lleno de comprensión. Todo es posible si comenzamos por cambiarnos a nosotros mismos, como lo hizo Pablo.
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2 Corintios 12:10
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“Por eso, por causa del Cristo, me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (2 Corintios 12:10)
Ante ninguna situación el seguidor del Cristo debe sentirse débil, porque con él tendremos la fuerza necesaria para atender las dificultades. La esperanza es saber esperar con paciencia, todo tiene su tiempo. La fortaleza es la energía que nos moviliza para nunca desistir.
1 Pedro 4:19
“Por eso, los que padecen según la voluntad de Dios, sigan haciendo el bien y encomiéndense al fiel Creador”. (1 Pedro 4:19)
Si un día te encuentras ante una circunstancia adversa, recuerda agradecer a Dios, para que con que te fortalezca y te oriente para actuar sabiamente. Recordando que cada día el Padre Creador nos ofrece más bendiciones que problemas. Es cuestión de colocar nuestro punto de vista esperanzado en la certeza de que todo puede ser superado.
Salmo 40:1
“Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” (Salmo 40:17)
Con calma en el corazón, con serenidad interior, tendremos las mejores condiciones en cada situación que debamos atender. Esperar con paciencia no significa quedarnos inactivos. Trabajemos mientras pacientemente esperamos al Señor, realicemos los mayores esfuerzos. ¡Ayúdate y él te ayudara!
Hechos 24:15
“Tengo la misma esperanza en Dios que ellos, que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos”. (Hechos 24:15)
Se encontraba el Apóstol Pablo enfrentando un juicio que probaba el valor de su fe. Su ejemplo nos hace pensar en cuanto debemos también abrigarnos en la esperanza. Porque las pruebas de la vida siempre serán parte de nuestras experiencias. Pero fortalecidos en la fe, y valientemente, superemos todos los obstáculos que nos estorban en el camino de felicidad que anhelamos.
Salmo 62:5-7
“Alma mía, sólo en Dios reposa, porque de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi salvación, mi refugio; no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria. En Dios está la roca de mi fortaleza y mi refugio”. (Salmo 62:5-7)
Aunque el cuerpo se canse y tengamos necesidad de darle reposo y alimentación, que nuestro espíritu se fortalezca en la fe. Y con el espíritu renovado en la esperanza sigamos adelante, sin resbalar. Porque no existen pruebas eternas. Todo en la vida representa desafíos-aprendizajes.
Romanos 15:13
“El Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz, al confiar en él, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”. (Romanos 15:13)
¡Confía en tu poder de cambiar tu vida hacia lo mejor! Dios te hizo fuerte, inteligente, con la capacidad de amarte y de amar a todos. Que la esperanza brille siempre en tu corazón.
Filipenses 4:13
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)
Es una gran verdad que Dios nos creó para ser felices, y esa felicidad solo es posible luego de vivenciar y aprender con las experiencias de cada día. Es una equivocación pensar que fuimos creados para sufrir, ¡no! Dios es sabio y bueno y no desea el sufrimiento para sus hijos que tanto ama.
Salmo 73:26-27
“Mi carne y mi corazón desfallecen, pero la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Los que se alejan de ti perecerán”. (Salmo 73:26-27)
Vivir a veces es muy difícil, eso lo sabemos, pero no significa que no podamos hacerla más fácil, y sobre todo hermosa y plena. Pero si nos alejamos de Dios es mucho más difícil. Acércate al Creador. Empéñate en darle sentido a tu vida. Busca tu felicidad ¿Quién no quiere ser feliz?
Isaías 41:10
“No temas, que yo estoy contigo. No desmayes, que Yo soy tu Dios que te fortalezco. Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. (Isaías 41:10)
Ningún hijo de Dios estará solo en esta vida, porque él prometió acompañarnos siempre. Y nos pide, no desmayar, porque él nos da las fuerzas necesarias. Nos dice que no tengamos miedo, porque él nos protegerá en las tribulaciones y en los dolores. Nos dice que está con nosotros abrazándonos. Pero solo podrás sentirlo cuando entres al santuario de tu corazón y ores rogando su apoyo.
Jeremías 32:17
“¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible”. (Jeremías 32:17)
Sí, así es, son muchos los discípulos antiguos y modernos que nos han demostrado que para Dios nada es imposible. Y tú que también eres su hijo amado, sentirás como él te fortalece para que vivas esperanzado y cambies tu mundo interior alcanzando paz y la felicidad que mereces.
