Ocultar los anuncios de esta página
Si haces clic vas a ocultar los anuncios de esta página, pero recuerda que gracias a los anuncios podemos seguir compartiendo la Biblia gratis con miles de personas cada día.
Si este proyecto te bendice y quieres ayudarnos, puedes
hacerte miembro por solo US$1,99 y leer sin anuncios en todo el sitio.
Ocultar anuncios solo en esta página
Seguir viendo anuncios
Resumir
Resumen rápido de este versículo
La idea central de este pasaje es que Dios conoce, valora y acompaña a su pueblo: nos redime, nos guarda en las pruebas y promete traer restauración y vida nueva, además de perdonar nuestras rebeliones. Si estás cansado, con dudas o temeroso por el futuro, la verdad es que aquí hay una invitación a confiar: no estás solo en las aguas ni en el fuego, y tu historia puede virar porque Dios abre caminos donde todo parecía seco. Lo bonito de este texto es que corrige la fe por la rutina: no basta con ritos vacíos, Dios quiere una relación que transforme y que dé testimonio. Aplicado hoy, es consuelo para el miedo, llamado a dejar lo superficial y a vivir confiando, arrepintiéndote cuando haga falta y dejando que Él te renueve.
Escucha el capítulo completo: 🔊
Tu navegador no soporta el elemento de audio.
Escuchar ▶️
Volver al libro Isaías Capítulo Anterior |Capítulo Siguiente Lee el Capítulo 43 de Isaías y pulsa sobre cada versículo para ver su explicación.
Lectura y Explicación del Capítulo 43 de Isaías:
1 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, Jacob, y Formador tuyo, Israel: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti.
3 Porque yo, Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba a cambio de ti.
4 Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he amado; daré, pues, hombres a cambio de ti y naciones a cambio de tu vida.
5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia y del occidente te recogeré.
6 Diré al norte: «¡Da acá!», y al sur: «¡No los retengas; trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra,
7 a todos los llamados de mi nombre, que para gloria mía los he creado, los formé y los hice!»
8 Sacad al pueblo ciego que tiene ojos y a los sordos que tienen oídos.
9 Congréguense a una todas las naciones y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé noticias de esto y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos y justifíquense; oigan y digan: «Verdad es».
10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios ni lo será después de mí.
11 Yo, yo soy Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
12 Yo anuncié y salvé, hice oír y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.
13 Aun antes que hubiera día, yo era, y no hay quien de mis manos libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?
14 Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: «Por vosotros envié a Babilonia e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban.
15 Yo, Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey.
16 Así dice Jehová, el que abre camino en el mar y senda en las aguas impetuosas;
17 el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; se extinguen, como pábilo son apagados.
18 No os acordéis de las cosas pasadas ni traigáis a la memoria las cosas antiguas.
19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz, ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la tierra estéril.
20 Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la tierra estéril, para que beba mi pueblo, mi escogido.
21 Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.
22 Y no me invocaste a mí, Jacob, sino que de mí te cansaste, Israel.
23 No me trajiste los animales de tus holocaustos ni me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda ni te hice fatigar con incienso.
24 No compraste para mí caña aromática por dinero ni me saciaste con la grasa de tus sacrificios, sino que pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.
25 Yo, yo soy quien borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.
26 Hazme recordar, entremos juntos a juicio. ¡Habla tú para justificarte!
27 Tu primer padre pecó y tus enseñadores se rebelaron contra mí.
28 Por tanto, yo profané a los príncipes del santuario, entregué a maldición a Jacob y por ultraje a Israel.
Capítulo Anterior |Capítulo Siguiente
Estudio y Comentario Bíblico de Isaías 43