Lectura y Explicación del Capítulo 50 de Salmos:
2 Desde Sión, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.
3 Vendrá nuestro Dios y no callará; fuego consumirá delante de él y tempestad poderosa lo rodeará.
4 Convocará a los cielos de arriba y a la tierra, para juzgar a su pueblo.
5 Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio».
6 ¡Los cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez! Selah
7 Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.
8 No te reprenderé por tus sacrificios ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí.
9 No tomaré de tu casa becerros ni machos cabríos de tus apriscos,
10 porque mía es toda bestia del bosque y los millares de animales en los collados.
11 Conozco todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece.
12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer yo carne de toros o beber sangre de machos cabríos?
14 Sacrifica a Dios alabanza y paga tus votos al Altísimo.
15 Invócame en el día de la angustia; te libraré y tú me honrarás».
16 Pero al malo dijo Dios: «¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes y tomar mi pacto en tu boca?,
17 pues tú aborreces la corrección y echas a tu espalda mis palabras.
18 Si veías al ladrón, tú corrías con él, y con los adúlteros era tu parte.
19 Tu boca metías en mal y tu lengua componía engaño.
20 Tomabas asiento y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia.
22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, no sea que os despedace y no haya quien os libre.