Explicación de Deuteronomio 28:60

En Deuteronomio 28 se describe la bendición que vendrá sobre el pueblo de Dios si obedecen sus mandamientos, así como las maldiciones que vendrán sobre ellos si desobedecen. Este capítulo es conocido como el "capítulo de las bendiciones y las maldiciones", y se utiliza a menudo como una advertencia a los cristianos a obedecer a Dios. El versículo que nos interesa hoy es parte de la descripción de las maldiciones que vendrán sobre el pueblo si desobedecen.

En este versículo, se nos dice que Dios traerá sobre el pueblo de Israel "todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán". Esto se refiere a las plagas que Dios envió sobre Egipto para persuadir al faraón de que dejara al pueblo de Dios salir de la esclavitud. Estas plagas incluyeron cosas como la plaga de los insectos, las llagas, los gusanos y la oscuridad. En lugar de librarse de estos males, el pueblo de Dios tendría que enfrentarlos todos a la vez.

¿Por qué Dios enviaría todas estas plagas sobre su propio pueblo? Aunque puede parecer cruel, la respuesta es que Dios quiere que su pueblo se arrepienta y vuelva a él. A lo largo de la Biblia, vemos cómo Dios utiliza las dificultades y las dificultades para llevar a la gente de vuelta a él. A veces, sólo podemos reconocer nuestra necesidad de Dios cuando nos enfrentamos a grandes desafíos.

Este versículo puede parecer desalentador, pero podemos aprender varias lecciones importantes de él. En primer lugar, nos recuerda que Dios es un Dios justo, y que hay consecuencias para nuestras acciones. Si desobedecemos a Dios, podemos esperar enfrentar las consecuencias. En segundo lugar, nos recuerda que Dios nos ama lo suficiente como para permitir que enfrentemos dificultades con el fin de llevarnos de vuelta a él. A veces podemos sentir que Dios no nos quiere o que nos ha abandonado cuando enfrentamos problemas, pero en realidad él está trabajando en nosotros para llevárnos de vuelta a su amor.

Este versículo puede parecer duro, pero podemos encontrar consuelo en que Dios nunca nos deja. Incluso cuando enfrentamos dificultades, Dios está siempre con nosotros, trabajando en nosotros y guiándonos de vuelta a él. Podemos aprender de las lecciones que Dios nos enseña a través de estas dificultades, y crecer más cerca de él en el proceso. Qedios nos proteja y bendiga en todo momento.