¿Qué significa la palabra «redimidos» en la Biblia?
La palabra «redimidos» en la Biblia significa que hemos sido salvados de nuestros pecados por Jesucristo. Él pagó el precio de nuestra redención con Su propia sangre. Ahora somos perdonados y tenemos una nueva vida en Cristo.
Redimir es una noción que procede de redimĕre, un vocablo latino. El verbo permite referirse a la acción de liberar a alguien de un sufrimiento o de un castigo. También puede utilizarse para hacer referencia al hecho de adquirir o recuperar algo que se había perdido o se encontraba embargado.
Explicación espiritual de redimidos
Redimidos es una palabra que se usa mucho en la biblia. Cuando somos salvos, somos liberados de nuestros pecados y somos redimidos por Jesucristo. Se nos da una nueva vida y un nuevo comienzo. Somos perdonados y somos hechos nuevos. Somos redimidos por la sangre de Jesucristo. Somos Sus hijos y somos amados por Él.
Beneficios de la redención
Dentro de los beneficios de obtener la redención de Dios están la justificación (Romanos 5:17), la adopción dentro de la familia de Dios (Gálatas 4:5), la vida eterna (Apocalipsis 5:9-10), la morada permanente del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20), el perdón de los pecados (Efesios 1:7), la libertad de la maldición de la ley (Gálatas 3:13, liberación de la esclavitud del pecado (Tito 2:14; 1 Pedro 1:14-18) y la paz con Dios (Colosenses 1:18-20).
¿Qué es la redención?
En el sentido amplio de la palabra, la redención es la acción de redimir. En la practica, la redención se refiere a la liberación de una persona de alguna condición de esclavitud o prisión; de algún dolor o castigo; asi como, de alguna obligación o compromiso, como una deuda, una hipoteca o una promesa.
¿Quiénes son los redimidos?
Son aquellos los que fueron descargados de su responsabilidad legal o moral, sin pagar nada a cambio. El indulto presidencial, por ejemplo, es una forma de redención.
Recordemos que 2 Corintios 5:10 dice que todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo por nuestros pecados. Porque TODOS somos pecadores. Y en ese tribunal no hay lugar para el soborno, para el tráfico de influencias ni habrá preferencia para nadie.
Conclusión
Para alcanzar la redención de tus pecados necesitas recibir a Cristo como tu único y suficiente Salvador; declarar que el gobierna está en tu corazón y en tu vida; y, cultivar un comportamiento como demanda Su Palabra, hasta que Él venga o te lleve antes.