La historia de Sodoma y Gomorra es una de las más intrigantes y didácticas narrativas dentro de las Escrituras. Estas ciudades, según la Biblia, fueron ejemplos de depravación y alejamiento de los caminos de Dios, lo que finalmente condujo a su destrucción.
La Maldad de Sodoma y Gomorra
En el libro de Génesis, capítulo 18, encontramos que el Señor le revela a Abraham que el grito de maldad de Sodoma y Gomorra ha llegado ante Él. La corrupción de estas ciudades era tal que atrajo la atención divina. No era solo una cuestión de actos inmorales; el corazón mismo de sus habitantes estaba corroído por prácticas injustas, falta de hospitalidad y un generalizado desprecio por las normativas divinas.
La Visita de los Ángeles
Un punto crucial en la narrativa es cuando dos ángeles visitan Sodoma y son acogidos por Lot, sobrino de Abraham. Esa noche, los hombres de Sodoma rodearon la casa y demandaron que Lot les entregase a los visitantes para abusar de ellos. Este incidente ilustra la gravedad de la perversión que imperaba en la ciudad, donde ni los deberes más sagrados de la hospitalidad se respetaban.
La Intervención Divina
La conducta de los habitantes de Sodoma y Gomorra no quedó sin respuesta, y el capítulo 19 del Génesis relata cómo Dios decide intervenir. Ante la intercesión de Abraham, Dios había acordado que perdonaría las ciudades si se encontraban al menos diez justos; sin embargo, la ausencia de justicia fue tan rotunda que el castigo divino de fuego y azufre resultó inminente.
La Lección de Sodoma y Gomorra
El relato bíblico de Sodoma y Gomorra sirve como un poderoso recordatorio de la santidad que Dios espera y de las consecuencias del pecado. La destrucción de estas ciudades, más que una historia de antigüedades, es una advertencia eterna para cada generación sobre el peligro de apartarse de los preceptos divinos.
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En los distintos pasajes de este relato encontramos principios intemporales sobre la justicia, la misericordia y la soberanía de Dios. Además, se revela el impacto de nuestras elecciones y el valor de la integridad en medio de una sociedad corrupta.
Que esta historia sirva no solo como reflexión, sino como impulso para buscar una vida que esté en armonía con los deseos del Creador. Convirtamos cada día en una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con caminos llenos de justicia y amor al prójimo.