Explicación de Mateo 22:18

El versículo de la Biblia Mateo 22:18 relata un momento en que los fariseos cuestionaron a Jesús sobre si era lícito dar tributo al César. Los fariseos pretendían poner en aprietos a Jesús, para que, de ser posible, cargara con un delito ya sea negándole o reconociéndole la ley tributaria. Entonces, Jesús, sabiendo que los fariseos estaban buscando un error en sus palabras, les hace la pregunta "¿Por qué me tentáis, hipócritas?"

La malicia de los fariseos es evidente, debido a que su pregunta era carente de verdadera intención de conciliar y buscar una respuesta, sino que buscaban acorralar a Jesús. Pero al mismo tiempo, Jesús no solo los llama hipócritas, sino que les muestra la insensatez de su pregunta y el verdadero trasfondo de lo que estaban preguntando.

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En esta historia, podemos ver el amor y la sabiduría de Cristo. Jesús no solo evita caer en las trampas de los fariseos, sino que también les hace ver que están siendo hipócritas en su forma de proceder. En lugar de responder la pregunta directamente, Jesús les hace ver que están siendo deshonestos en su forma de proceder.

Este versículo es una invitación a ser cautelosos en nuestra actitud hacia los demás. Es fácil caer en la trampa de juzgar y condenar a los demás, pero debemos recordar que todos somos imperfectos y tenemos fallos. Jesús no solo nos enseña a ser sabios en nuestra forma de hablar y actuar, sino también a ser amorosos y mostrar gracia a quienes nos rodean.

Además, este pasaje nos invita a mantener nuestra integridad en todo momento. Debemos ser honestos y auténticos en nuestras relaciones con los demás, incluso cuando estos tratan de poner en duda nuestras creencias o actitudes. Es importante que mantengamos una actitud firme y sin dobleces en nuestras acciones.

En resumen, Mateo 22:18 es un versículo que nos invita a ser sabios, amorosos y auténticos en nuestra forma de proceder. Nos recuerda ser cautelosos en nuestra actitud hacia los demás y mantener nuestra integridad en todo momento. Sigamos el ejemplo de Jesús y busquemos siempre actuar con amor y sabiduría, cuidándonos de caer en las trampas de la malicia y la hipocresía.