Explicación de Mateo 10:5

Mateo 10:5 es un versículo que nos da un vistazo a los primeros pasos que Jesús dio en la instrucción de los Apóstoles a quienes había escogido. La instrucción es clara, que estos doce hombres no debían ir por el camino de los gentiles, y que tampoco debían entrar en la ciudad de los samaritanos. Si bien esta instrucción pudo haber parecido extraña en aquellos días, tenía un propósito muy específico en la obra de Dios que Jesús estaba por llevar a cabo.

La elección de los Apóstoles por parte de Jesús fue un proceso cuidadoso y metódico, y cada uno de los hombres escogidos tenía habilidades específicas y personalidades únicas que los prepararon para la tarea que Jesús tenía para ellos. El versículo 5 nos muestra que, en esta etapa temprana de su misión, Jesús les estaba instruyendo acerca de cómo llevar a cabo su trabajo. Al prohibirles ir por el camino de los gentiles, se les estaba diciendo que su enfoque principal era predicar el evangelio a los judíos.

En cuanto a la segunda parte de la instrucción, la razón de evitar la ciudad de los samaritanos era porque estos eran vistos como herejes y parias por los judíos en aquel tiempo. Como tales, a menudo eran tratados con desprecio y segregados de la sociedad en general. Jesús sabía que su mensaje inicialmente no sería bien recibido por esta población, por lo que les instruyó a no visitar esta ciudad en particular.

Es importante señalar que esta restricción de Jesús a sus apóstoles no implicaba una etiqueta de inferioridad o superioridad para ninguna de estas poblaciones. Jesús mismo visitó y ministró a los samaritanos en varias instancias registradas en la Biblia, incluso hablando con una mujer samaritana en uno de los pasajes más conocidos del Nuevo Testamento. La restricción era meramente temporal y tenía un propósito específico en la obra que estaba haciendo.

Entonces, ¿cómo podemos aplicar esta enseñanza a nuestras propias vidas? Esencialmente, este versículo nos recuerda la importancia de tener un enfoque claro en nuestras vidas y en nuestras obras. Si bien es fácil desviarse y desenfocarse en nuestro camino, esto puede llevarnos a perder el objetivo de lo que queremos lograr. La instrucción de Jesús a sus Apóstoles fue clara, y debemos esforzarnos por tener la misma claridad en nuestros propios caminos.

Además, no debemos perder de vista el hecho de que todos somos iguales ante Dios. Jesús mismo vino a este mundo a ministrar y salvar a todas las personas, independientemente de su origen o condición social. Debemos esforzarnos por imitar a Jesús en este sentido, siempre buscando oportunidades para llevar el Evangelio a todas las personas, sin importar quiénes sean.

En cuanto a las dudas que podrían surgir a partir de este pasaje, una de las principales sería por qué Jesús les dio estas instrucciones específicas a sus Apóstoles. En última instancia, la razón fue simplemente porque era lo mejor para la misión que estaban llevando a cabo. Jesús sabía cuál era el mejor curso de acción para lograr el éxito y conducir a las personas hacia Dios.

En conclusión, Mateo 10:5 es un recordatorio de la importancia de tener enfoque y claridad en nuestras vidas, mientras nos esforzamos por seguir los designios que Dios tiene para nosotros. Debemos recordar que todos somos iguales ante sus ojos, y debemos esforzarnos por llevar su mensaje de amor y esperanza a todas las personas que nos rodean.