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Estudio del Versículo 21, Capítulo 16, Libro de Jeremías del Antiguo Testamento de la Biblia. Autor: Jeremías.
Versículo Jeremías 16:21 en la Biblia
‘Por tanto, les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es Jehová.’
Jeremías 16:21
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¿Qué significa Jeremías 16:21?, su importancia y las reflexiones que podemos aprender con este verso:
Introducción
La Biblia está llena de promesas de Dios para su pueblo, incluyendo aquellas que hablan de su poder y su amor. Una de esas promesas se encuentra en el libro de Jeremías, en el capítulo 16, versículo 21: "Por tanto, les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es Jehová." Este versículo nos invita a reflexionar sobre la soberanía de Dios y cómo podemos experimentar su poder en nuestras vidas.
Dios nos enseña su mano
El versículo de Jeremías 16:21 comienza con la frase "Por tanto", lo que nos lleva a examinar el contexto en el que se enmarca esta promesa. En este capítulo, Jeremías está hablando de los pecados del pueblo de Judá y la manera en que han alejado a Dios de sus vidas. Sin embargo, a pesar de su desobediencia, Dios les muestra su amor y misericordia al decirles que les enseñará su mano y su poder.
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Cuando hablamos de la mano de Dios, nos referimos a su capacidad de hacer milagros, de intervenir en nuestras vidas y de protegernos de todo mal. Este versículo nos recuerda que Dios está dispuesto a enseñarnos lo que es capaz de hacer por nosotros, aunque no siempre sepamos cómo va a manifestarse su poder.
Conocer el poder de Dios
La segunda parte del versículo dice que Dios hará que su pueblo "conozca" su poder. Esto no solo se refiere a tener una comprensión teórica de lo que Dios puede hacer, sino también a tener una experiencia personal de su poder y su amor. Cuando experimentamos el poder de Dios en nuestras vidas, podemos decir que lo conocemos de una manera más profunda que si simplemente conocemos sus atributos teológicos.
Quizás ya has visto el poder de Dios en tu vida en momentos de necesidad, como en una enfermedad que sanó milagrosamente o en una situación financiera difícil que se resolvió de manera sobrenatural. Si no has experimentado aún el poder de Dios, puedes pedirle que te revele su mano y su amor, y que te enseñe a confiar en él para que puedas experimentar lo que es verdaderamente conocer su poder.
Dios nos muestra su identidad
La última parte del versículo nos recuerda que el nombre de Dios es "Jehová". Este nombre, que aparece más de 7.000 veces en el Antiguo Testamento, puede ser traducido como "Yo soy el que soy". Significa que Dios es el Ser supremo y eterno, el creador del universo y el sostenedor de todas las cosas. Cuando Dios dice que hará conocer su mano y su poder, también está diciendo que va a revelar quién es de una manera más profunda.
Cuando nos acercamos a Dios y experimentamos su poder, también podemos experimentar su amor y su naturaleza divina. En momentos de dificultad, es importante recordar que Dios es nuestro creador, nuestro proveedor y nuestro protector, y que podemos confiar en él para que nos guíe y nos ayude en todo momento.
Conclusiones
El versículo de Jeremías 16:21 es una poderosa promesa de Dios para su pueblo, que nos recuerda su capacidad de hacer milagros en nuestras vidas y revelarnos su identidad y su amor. Si estamos pasando por momentos de dificultad, podemos confiar en que Dios nos va a mostrar su mano y su poder, y que su nombre es Jehová, el Dios eterno y todopoderoso. Que podamos siempre estar dispuestos a conocerlo más profundamente y a experimentar su amor de manera personal.
Caminando en Fe: Reflexión Corta sobre Su Poder
En cada paso que damos en la vida, encontramos desafíos que nos invitan a reconocer la magnitud del poder divino. Este versículo nos recuerda que, incluso en nuestras noches más oscuras, hay una mano que nos guía y una voz que nos llama a la confianza. Cuando nos dispongamos a abrir nuestros corazones, seremos testigos de milagros que trascienden nuestra comprensión. Que nuestro deseo de conocerlo nos impulse a experimentar la grandeza de su amor, y a jamás olvidar que, aunque irrefutables sean las sombras, siempre hay luz en el nombre que nos invita a creer.
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