Explicación de Éxodo 9:20

En el capítulo 9 del libro de Éxodo, encontramos a Moisés y Aarón realizando las últimas advertencias al faraón de Egipto para que libere al pueblo de Israel de la esclavitud. Esta vez, Dios prometió enviar una plaga de granizo que destruiría todo en su camino, incluyendo todas las plantas y los animales. Pero en medio de esta catástrofe, encontramos una historia interesante que se destaca. En Éxodo 9:20, leemos: "De los siervos del faraón, el que tuvo temor de la palabra de Jehová recogió a sus criados y a su ganado en casa".

Aquí vemos cómo un siervo del poderoso faraón de Egipto decidió creer y obedecer las advertencias de Moisés y Aarón. Lejos de la incredulidad y la arrogancia de Faraón, este individuo mostró sabiduría y entendimiento al tomar en serio las advertencias de los profetas de Dios. Pero, ¿por qué fue tan importante su decisión?

Primero, entendamos que el faraón era considerado un dios en Egipto, y su palabra tenía un peso dominante en todo el reino. Casi nadie se atrevía a contradecir sus órdenes y decisiones, y mucho menos a cuestionar su capacidad divina. Aquí vemos a un siervo dispuesto a desobedecer la orden de Faraón y proteger a su familia y sus posesiones. Esto requería coraje y valentía, y sin duda colocó su confianza en el Dios de Israel para protegerlo a él y a los suyos.

En segundo lugar, podemos ver en la actitud de este siervo, la humildad que se necesita para anteponer la seguridad de los demás. A diferencia de Faraón, que estaba más preocupado por su ego y su poder, este siervo se preocupó por los demás, incluso para aquellos que estaban bajo su cuidado, ofreciéndoles un lugar seguro para protegerse del granizo y, por tanto, de la plaga. Esto es un gran ejemplo a seguir, ya que nos enseña que debemos poner las necesidades de los demás por delante de las nuestras.

Finalmente, debemos enfatizar la importancia de creer y obedecer la Palabra de Dios, tal como lo hizo el siervo del faraón. No siempre será fácil, y como el faraón, a menudo habrá momentos en los que nuestro orgullo y obstinación nos impedirán ver la sabiduría que Dios nos ofrece a través de su Palabra. Pero si nos humillamos y mostramos renuncia propia, podemos comenzar a crecer en fe y entendimiento, como hizo este siervo. Debemos aprender a escuchar la Palabra de Dios con temor y reverencia, confiando plenamente en su sabiduría y amor incondicional.

En resumen, Éxodo 9:20 nos ofrece una lección poderosa. Debemos aprender a confiar en la Palabra de Dios, ser humildes y dispuestos a ayudar a los demás. Debemos reconocer la importancia de escuchar lo que Dios nos dice, como hizo el siervo del faraón, y tomar valientes decisiones que afecten positivamente a nuestra vida y a la de los demás. Que podamos ser dignos siervos de Dios, siempre dispuestos a servir y obedecer su Palabra.