Un nuevo comienzo
Crecí en un hogar cristiano, pero durante mi juventud me alejé de la iglesia y de Dios. Me sumergí en un mundo de fiestas, alcohol y malas decisiones que me llevaron a un punto de quiebre. Toqué fondo, sintiéndome perdido y sin esperanza.
Fue entonces cuando, en medio de mi dolor y mi confusión, recordé las palabras que había escuchado en la iglesia durante mi infancia. Un anhelo de cambio nació en mi corazón y decidí entregar mi vida a Jesús.
Esa decisión marcó un antes y un después en mi vida. La culpa y la vergüenza que me habían perseguido durante tanto tiempo fueron reemplazadas por la paz y el perdón de Dios. Comencé a experimentar una transformación profunda, dejando atrás los vicios y las malas compañías.
Mi relación con Dios se convirtió en el centro de mi vida, y su amor me ha dado la fuerza para superar los desafíos que se me han presentado.
Hoy puedo decir con certeza que Dios me ha dado una nueva vida, llena de propósito y significado. Si tú también te sientes perdido o sin esperanza, te animo a buscar a Dios. Él te ama y desea darte un nuevo comienzo.