Explicación de Juan 12:11

Juan 12:11 es un versículo que relata una situación en la que muchos judíos se alejaron de lo que creían para acercarse a la fe cristiana debido a las obras que Jesús había realizado. La palabra "él" a la que se refiere el pasaje es a Lázaro, quien había sido resucitado por Jesús. En este artículo, profundizaremos en el contexto de este versículo, su significado y cómo podemos aplicarlo a nuestras vidas.

El contexto de Juan 12:11 se remonta a un par de capítulos atrás, cuando Jesús se enteró de que su amigo Lázaro estaba enfermo. Sin embargo, en lugar de ir a verlo de inmediato, Jesús esperó dos días antes de viajar a Judea, donde Lázaro vivía. Cuando llegó a la tumba de Lázaro, le ordenó que se levantara y saliera de ella, y así fue como Lázaro fue resucitado de entre los muertos.

El pasaje alude al hecho de que muchas personas, incluyendo a los judíos, se alejaron de la fe tradicional para creer en la enseñanza de Jesús. El hecho de que Jesús fuera capaz de realizar milagros como resucitar a un hombre que había estado muerto durante días fue motivo suficiente para que muchos se acercaran a él y se convirtieran en sus discípulos.

Este versículo es un recordatorio de que muchas veces, el testimonio personal puede ser más influyente que cualquier otra cosa. Cuando la gente ve el poder de Dios en la vida de alguien, puede ser más propenso a creer en él y seguirlo. Lázaro fue un ejemplo vívido de la obra de Dios en la vida de las personas, y esto tuvo un impacto significativo en la fe y creencia de aquellos que lo rodeaban.

También podemos extraer de este pasaje la importancia de vivir una vida que dé hueso a los valores cristianos a los que nos hemos comprometido. El verdadero poder del testimonio se encuentra en la coherencia entre las palabras y las acciones, y el impacto que esto tiene en los demás. La vida de Lázaro fue una prueba viviente del poder transformador de Dios, y esto es lo que finalmente hizo que la gente se interese en Jesús.

En conclusión, Juan 12:11 es un pasaje que nos recuerda la importancia del testimonio personal y la coherencia en nuestra vida cristiana. Nuestro deber es vivir de acuerdo con los valores cristianos, buscando reflejar el poder transformador de Dios en nuestras vidas para que otros puedan verse influidos y animados a acercarse a Dios.