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Explicación del Versículo 11, Capítulo 46, Libro de Ezequiel del Antiguo Testamento de la Biblia. Autor: Ezequiel.
Versículo Ezequiel 46:11 de la Biblia
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¿Qué significa Ezequiel 46:11?, la importancia y las lecciones que podemos conocer con este verso:
El libro de Ezequiel es reconocido como uno de los libros proféticos en la Biblia. En el capítulo 46, el segundo templo es construido y el autor presenta las leyes que regirían la vida religiosa en él. El versículo 11 en particular trata sobre la ofrenda que se debe hacer durante las fiestas y las asambleas solemnes. Especifica que se debe ofrendar un efa con cada becerro, cada carnero y de acuerdo a sus posibilidades con cada cordero. Además, se debe ofrecer un hin de aceite con cada efa.
La medida de un efa se refiere a la cantidad de granos que cabían en una canasta en forma de tarro. Esta ofrenda era una forma de agradecer a Dios por las bendiciones recibidas y de compartir con su pueblo las riquezas que habían sido provistas. También simboliza la convicción y la dedicación que cada individuo tiene hacia su religión.
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Debemos tener en cuenta que la entrega de ofrendas no solamente se traduce en la entrega de riquezas materiales, sino también en la entrega de nuestro tiempo, esfuerzo, dedicación y compromiso con nuestra fe y con Dios. Cada uno debe entregar lo que está a su alcance, con la única finalidad de realizar una ofrenda sincera que nos una como hermanos en la fe y nos ayude a mantener una relación íntima y cercana con Dios.
La ofrenda no es una manera de obtener beneficios de Dios o asegurar nuestro lugar en el cielo, sino una muestra de gratitud y amor hacia él. Debemos evitar el error de pensar que cuanto más caro sea nuestro regalo, más cerca estaremos de Dios. Porque Dios mira el corazón del oferente, y no el valor material de su ofrenda.
La aplicación de este versículo en nuestra vida diaria es directamente proporcional a nuestra relación con Dios. Debemos imitar a aquellos que ofrendaban con sinceridad y devoción, asegurándonos de que no sea una forma superficial de demostrarle amor a Dios. Debe ser una ofrenda genuina con el propósito de fortalecer nuestra relación con Él.
Por otro lado, también podemos comparar la ofrenda con la entrega de nuestros talentos y habilidades en nuestra vida profesional y privada. Debemos entregar lo mejor de nosotros en todo lo que hacemos para glorificar a Dios y servir a los demás. No solo es importante ofrendar en la iglesia, también es importante ofrendar nuestro tiempo y servicio a los necesitados y a nuestra comunidad.
En conclusión, el versículo de Ezequiel 46:11 nos enseña la importancia de la ofrenda en la vida religiosa y cómo se debe ofrecer teniendo en cuenta su propósito, no su valor material. Es esencial que entendamos que debemos ofrendar lo mejor de nosotros a Dios no solamente en las fiestas y asambleas solemnes, sino también en nuestra vida diaria de manera genuina y sincera para glorificar su nombre.
Reflexión Corta: La Ofenda del Corazón
Al contemplar Ezequiel 46:11, se nos recuerda que cada ofrenda, por pequeña que sea, lleva consigo el peso de nuestras intenciones y el amor que ofrecemos a Dios. La verdadera grandeza de nuestra entrega no radica en su tamaño, sino en la sinceridad de nuestro corazón. Cuando compartimos lo mejor de nosotros, ya sea en bienes, tiempo o talentos, se gesta un lazo profundo entre nosotros y el Creador, que trasciende cualquier materia. Que al ofrendar, nuestra alma resuene en gratitud y devoción, convirtiendo cada acto en un eco de amor eterno y un testimonio de nuestra fe.
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