Salmos 117

Este breve salmo nos recuerda que Dios merece la alabanza de todos, no solo de unos pocos, porque su misericordia se ha mostrado sobre nosotros y su fidelidad permanece para siempre; es un llamado sencillo pero profundo a reconocer lo que Dios ha hecho y sigue haciendo. Si te sientes cansado, sin rumbo o con dudas, estas palabras traen consuelo: hay algo firme y compasivo en lo divino que sostiene incluso en tiempos difíciles. Al mismo tiempo desafía: si creemos en esa fidelidad, nuestras vidas deberían responder con gratitud y con acciones coherentes, no con indiferencia. Puedes aplicarlo hoy agradeciendo en lo cotidiano, confiando cuando las cosas no salen y extendiendo misericordia a otros, reflejando así lo que se nos ha dado.