Salmos 16

Este salmo habla de confiar en Dios como la verdadera seguridad y herencia cuando uno se siente perdido, ansioso o tentado a buscar consuelo en cosas pasajeras; reconoce que todos tenemos dudas, miedo al fracaso o al abandono, y ofrece una alternativa concreta: poner a Dios delante de nosotros para recibir guía, paz y alegría duradera. Nos anima a no participar en compromisos que nos alejan de lo bueno, a escuchar la voz interior que nos corrige y a descansar sabiendo que no seremos dejados en la desesperación. En la práctica significa elegir diariamente lo que nos da sentido y refugio —orar, pedir consejo, priorizar lo que edifica— y aprender a vivir con la confianza tranquila de quien sabe que Dios guía sus pasos y puede transformar el miedo en gozo.