Lectura y Explicación del Capítulo 22 de 2da. de Samuel:
2 Dijo: «Jehová es mi roca, mi fortaleza y mi libertador;
4 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.
5 Me envolvieron las olas de la muerte, me atemorizaron torrentes de perversidad.
6 Me rodearon los lazos del seol. Tendieron sobre mí lazos de muerte.
9 Humo subió de su nariz, y de su boca un fuego abrasador que lanzaba carbones encendidos.
10 Inclinó los cielos y descendió; había tinieblas debajo de sus pies.
11 Cabalgó sobre un querubín y voló; voló sobre las alas del viento.
12 Se envolvió en un cerco de tinieblas, oscuridad de aguas y densas nubes.
13 Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes.
14 Tronó Jehová desde los cielos, el Altísimo hizo oir su voz;
15 Envió sus flechas y los dispersó, lanzó relámpagos y los destruyó.
17 Envió desde lo alto y me tomó. Me sacó de caudalosas aguas.
18 Me libró de un poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo.
19 Me asaltaron el día de mi desgracia, mas Jehová fue mi apoyo.
20 Me sacó a lugar espacioso, me libró porque me amaba.
21 Jehová me recompensa conforme a mi justicia. Conforme a la limpieza de mis manos me ha premiado:
22 porque he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté de mi Dios haciendo el mal;
23 pues todos sus decretosestán delante de mí y nunca me aparté de sus preceptos.
24 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad.
25 Jehová me recompensa conforme a mi justicia, conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos.
26 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre íntegro.
27 Limpio te mostrarás con el limpio, y rígido serás con el perverso.
28 Tú salvas al pueblo afligido, mas tus ojos abaten a los altivos.
29 Tú eres, oh Jehová, mi lámpara; mi Dios, que alumbra mis tinieblas.
30 Contigo desbarataré ejércitos, con mi Dios asaltaré muros.
32 Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
33 Dios es el que me ciñe de fuerza, quien despeja mi camino,
34 quien hace mis pies como de ciervas y me sostiene firme en las alturas;
35 el que adiestra mis manos para la batalla, y mis brazos para que se doble el arco de bronce.
36 Me diste el escudo de tu salvación, y tu benignidad me ha engrandecido.
37 Ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.
38 Perseguiré a mis enemigosy los destruiré, no vuelvo hasta haberlos acabado.
39 Los heriré y derrotaré, de modo que no se levanten. Caerán debajo de mis pies.
40 Me ceñiste de fuerzas para la pelea, has humillado debajo de mía mis enemigos,
41 y has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, para que yo destruyera a los que me aborrecen.
42 Clamaron, pero nadie los salvó; también a Jehová, mas no los oyó.
43 Como a polvo de la tierra los molí, como a lodo de las calles los pisé y los trituré.
45 Los hijos de extraños se someterán a mí. Al oir de mí, me obedecerán.
46 Los extraños se debilitarán y saldrán temblando de sus refugios.
47 ¡Viva Jehová! ¡Bendita sea mi roca!, y engrandecido sea el Dios de mi salvación.
48 El Dios que venga mis agravios y somete pueblos a mis plantas.
50 Por eso te confesaré entre las naciones y cantaré, oh Jehová, a tu nombre.