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Explicación y Significado y Estudio del Versículo 35, Capítulo 13, Libro de Lucas del Nuevo Testamento en la Biblia. Autoría: Lucas.
Versículo Lucas 13:35
‘Vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el tiempo en que digáis: «Bendito el que viene en nombre del Señor».’
Lucas 13:35
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¿Qué significa Lucas 13:35?, su importancia y las reflexiones que podemos aprender con este verso:
El contexto del versículo
El versículo Lucas 13:35 es la culminación de una confrontación entre Jesús y los fariseos. En este capítulo Jesús habla de la necesidad de arrepentirse y de no postergar el momento de hacerlo, y los fariseos lo critican por sanar a una mujer el día de sábado. Jesús les responde hablando del reino de Dios y de su naturaleza inclusiva, y les dice que muchos que piensan que serán salvados no lo serán porque no han vivido realmente de acuerdo a los mandamientos de Dios.
Es en este contexto que pronuncia las palabras del versículo: "Vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el tiempo en que digáis: "Bendito el que viene en nombre del Señor"".
Significado del versículo
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Hay varias interpretaciones posibles del versículo en cuestión. Una de ellas es que Jesús está advirtiendo a los fariseos que no le den la espalda al reino de Dios, y que si no se arrepienten su casa quedará desierta, en otras palabras, desprotegida y vacía de la presencia de Dios. La segunda parte del versículo puede entenderse como una referencia a la segunda venida de Jesús, y a la necesidad de reconocerlo como el enviado de Dios cuando ese momento llegue.
¿Cómo puede ayudar el versículo al lector?
El versículo Lucas 13:35 nos recuerda la importancia del arrepentimiento y de vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios. Nos invita a no postergar la toma de decisiones importantes en nuestra vida, sino a actuar ya mismo para acercarnos a Dios y a vivir de acuerdo a su voluntad. Además, nos enseña que el reino de Dios es para todos, y que no basta con considerarnos religiosos o piadosos, sino que debemos demostrarlo con nuestras acciones.
Reflexiones
Uno de los temas centrales del evangelio es el arrepentimiento. A lo largo de los evangelios, Jesús llama continuamente a las personas a dejar atrás su antigua vida y a tomar un nuevo camino alineado con los valores del reino de Dios. En el versículo en cuestión, este llamado se hace más fuerte aún, ya que se trata de una advertencia a aquellos que piensan que están en el camino correcto, pero que en realidad han perdido el rumbo.
El versículo también nos recuerda que el reino de Dios es inclusivo, y que no hay lugar para la exclusión o la discriminación entre sus seguidores. Muchas veces pensamos que somos los únicos merecedores de la gracia de Dios, y que aquellos que no piensan o actúan como nosotros están fuera de su alcance. Sin embargo, Jesús nos llama a ampliar nuestra perspectiva, y a reconocer la presencia de Dios en todas las personas.
Aplicación en nuestra vida
Para aplicar el versículo Lucas 13:35 en nuestra vida, debemos tomarlo como una llamada a la acción. Debemos reflexionar sobre nuestras acciones y nuestra relación con Dios, y preguntarnos si estamos haciendo lo suficiente por acercarnos a él y por vivir de acuerdo a sus mandamientos. Debemos también recordar que el reino de Dios es para todos, y que nuestra tarea es acoger y amar a todas las personas independientemente de sus creencias o estilos de vida.
En resumen, el versículo Lucas 13:35 nos recuerda la importancia del arrepentimiento, de vivir de acuerdo a los valores del reino de Dios, de no postergar la toma de decisiones importantes, de no excluir a nadie y de reconocer la presencia de Dios en todas las personas. Es una llamada a la acción para todos los que desean acercarse más a Dios y vivir de acuerdo a su voluntad.
Reflexión Corta: A la Luz del Reino
A veces nos creemos a salvo solo porque asistimos a la iglesia o seguimos ciertas tradiciones, pero Jesús nos recuerda que el verdadero camino es mucho más profundo. No se trata solo de cumplir con la rutina, sino de abrir nuestro corazón y vivir realmente en conexión con Dios y los demás. Es un buen momento para mirar hacia adentro y preguntarnos: ¿cómo estamos reflejando ese amor inclusivo en nuestra vida diaria?
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