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Explicación y Significado y Estudio del Versículo 21, Capítulo 21, Libro de Apocalipsis del Nuevo Testamento de la Biblia. Autor: Juan.
Versículo Apocalipsis 21:21 en la Biblia
‘Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, como vidrio transparente.’
Apocalipsis 21:21
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¿Qué significa Apocalipsis 21:21?, su importancia y las lecciones que podemos conocer de este versículo:
Las puertas de perlas en Apocalipsis 21:21
Apocalipsis 21:21 describe la gloriosa ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén. El apóstol Juan tuvo una visión de esta ciudad celestial, que tenía doce puertas, y cada una de ellas estaba hecha de una perla singular.
El hecho de que las puertas estén hechas de perlas se considera simbólico. La perla es un elemento valioso, y este detalle enfatiza la grandeza y el valor de la ciudad de Dios. La perla se forma a partir del sufrimiento de la ostra, a medida que esta lucha contra un cuerpo extraño en su interior. Los cristianos creen que esto tiene una similitud con la vida de Jesucristo, quien sufrió y luchó en la tierra antes de su resurrección y su eventual subida al cielo.
La calle de oro puro
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Además de las puertas de perlas, la descripción de Juan también incluye una calle de oro puro. Este detalle evoca la idea de una riqueza inexplicable, lo que significa que será inimaginablemente hermosa. Es difícil imaginar cómo sería caminar por una calle hecha completamente de oro puro, un material que es conocido por su valor y rareza en la tierra.
Al igual que las puertas de perlas, la calle de oro puro se considera también simbólico. El oro es un metal precioso, y es utilizado para hacer objetos hermosos y duraderos. Como tal, este material podría simbolizar la alegría y la estabilidad eterna en la ciudad celestial.
Reflexiones sobre el significado de la Nueva Jerusalén
La descripción de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21:21 es una de las imágenes más hermosas y desconcertantes de la biblia. Las puertas de perlas y la calle de oro evocan la promesa de una eternidad gloriosa más allá de esta vida terrenal.
La Nueva Jerusalén también tiene significados profundos en la espiritualidad cristiana. Se considera un lugar de paz, seguridad y felicidad, y evoca la idea de un hogar eterno y divino. Esta imagen puede ser muy reconfortante para aquellos que buscan alivio en momentos de incertidumbre, sufrimiento y dolor.
Aplicación en nuestra vida diaria
En el Evangelio, Jesús enseñó a sus seguidores a construir un hogar eterno en los cielos, en lugar de acumular riqueza encima de la tierra (Mateo 6:19-21). La imagen de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21:21 encarna esta enseñanza en una forma visualmente impresionante.
Al concentrarse en el significado más amplio de la Nueva Jerusalén, entonces, los cristianos pueden encontrar consuelo en la idea de que el sufrimiento de la vida en la tierra es temporal. La promesa de eternidad en la presencia de Dios es lo que vale la pena buscar y construir.
Conclusión
Apocalipsis 21:21 nos brinda una visión asombrosa de la ciudad celestial. Las puertas de perlas y las calles de oro evocan imágenes de belleza y riqueza que son difíciles de imaginar. Al mismo tiempo, esta imagen también significa algo más profundo para los cristianos, quienes ven la imagen de la Nueva Jerusalén como un símbolo de esperanza y seguridad. En nuestras vidas diarias, la imagen de la Nueva Jerusalén también nos recuerda que nuestras vidas aquí son temporales, y que debemos construir nuestra riqueza en los cielos.
La Esperanza Eterna: Reflexión Corta sobre Apocalipsis 21:21
Cuando pensamos en la Nueva Jerusalén, imaginamos un lugar donde el dolor y el sufrimiento no tienen cabida, un hogar resplandeciente donde el amor y la paz reinan por siempre. Apocalipsis 21:21 nos invita a soñar y a mantener viva la esperanza de que, a pesar de las pruebas que enfrentamos en este camino, hay una promesa eterna esperando por nosotros. Cada vez que enfrentamos adversidades, recordemos que las puertas de perlas nos simbolizan un refugio divino, y que el oro de las calles nos recuerda que nuestras luchas tienen un propósito en la búsqueda de una vida eterna en la presencia de Dios.
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